Durante su vida Hitler sufrio de muchos atentados, algunas fuentes dan a canocer al menos 42 tentativas. Nunca fueron exitosos debido a muchos factores. Los factores que contribuyeron al fracaso fueron:
1) Hitler nunca seguia su agenda al pie de la letra
2) Hitler casi siempre cambia de ruta .
3) estaba rodeado de un grupo blindado de seguridad.
El 9 de nov.del 1923, su intento de golpe de estado fracasaba en Munich puesto que Hitler era un revolucionario inexperto y no controló ni la mitad de los centros importantes para que triunfara el golpe. Al enterarse de que las SA se habían atrincherado y de que las tropas gubernamentales entraban a tiros en la ciudad, él mismo decidió resolver la situación. Hitler salió a la calle uniéndose miles de personas en su apoyo junto a los Freikorps y las SA. Al llegar a la calle Residenzstrasse, la marcha de Hitler se paró ante un cordón de tropas alemanas que les apuntaban con fusiles. Adolf Hitler abrió los hombros y todos lo imitaron, entonces se cogieron de brazos y desfilaron hacia las tropas alemanes. Los soldados sin dudarlo dispararon provocando una matanza, dos nacionalsocialistas llamado Ulrich Graf y Scheleubner Richter salvaron la vida de Hitler poniéndose delante y siendo abatidos por las balas, desangrándose arrastraron el cuerpo de Adolf que había sido herido hasta ponerlo a salvo y muriendo ellos después por más disparos.
Planificar y ejecutar las acciones requería por parte de los conspiradores la más absoluta sangre fría, y estar dispuestos a asumir que si fallaban no sólo les aguardaba una ignominiosa y humillante muerte, sino que también afectaría a sus familias y conocidos.
Los intentos vinieron tanto por parte de los aliados como de sus círculos más cercanos. Se dice que Hitler tenía además un doble, que lo reemplazó en más de alguna ocasión (Checoslovaquia) y que pereció en la batalla de berlin, en uno de los pasillos de la Cancillería. Los ingleses se plantearon asesinarlo en 1944, cuando Hitler se presentara en Berghof. Se hizo un exhaustivo estudio de sus hábitos y se elaboraron varios planes, todos con una dudosa posibilidad de éxito.
El 8 de noviembre de 1939, un relojero y carpintero alemán, llamado Georg elser, planificó y construyó un dispositivo y lo instaló en una de las columnas del estrado en la cervecería Bürgerbräukeller. Hitler, que iba a dar un discurso con motivo del Pustch de 1923, se presentó media hora antes y habló ante una atestada concurrencia. Este discurso debía terminar alrededor de las 10 de la noche, pero Hitler abruptamente lo finalizó a las 9,07 y se retiró del lugar. Trece minutos después de marcharse explotó la bomba y mató a siete personas dejando el lugar en ruinas. Elser fue detenido y ejecutado cinco años después, el 9 de abril de 1945, en el campo de concentración de Dachau.
Un plan inglés era la introducción de comandos en ese lugar, el uso de francotiradores, y el envenenamiento de sus alimentos mediante un cocinero infiltrado. Otro de los intentos era envenenar el té, bebida de la cual Hitler era asiduo.
Otro fallo fue el empleo de bombas barométricas el 17 de marzo de 1943 por Fabian von Schlabrendorff en el avión Condor personal de Hitler, que no explotaron por motivos aún desconocidos. Lo mismo sucedió con el plan de hacer volar su tren especial.
También se barajó la posibilidad de bombardear masivamente la ciudad en la cual se encontrase, sin importar el número de vidas inocentes que conllevara eliminar a Hitler.
Finalmente, los ingleses desecharon otros planes, pues consideraron que si Hitler permanecía, perdería finalmente la guerra por los muchos errores tácticos que empezó a cometer a partir de 1941.
El capitán Axel von dem Bussche el 17 de diciembre de 1943, el capitán Rudolf-Christoph von Gersdorff el 21 de marzo de 1943, el teniente Ewald Heinrich von Kleist principios de 1944 y Eberhard von Breitenbuch el 11 de marzo de 1944, organizados por el coronel Claus von Stauffenberg, intentaron matar a Hitler en atentados con la intención de suicidarse junto con él. Pero no lograron acercarse al Führer .
El intento que tuvo mayores probabilidades de éxito fue, sin duda, el perpetrado el 20 de julio de 1944 por el Conde Claus von Stauffenberg para provocar la ejecución del Plan Valquiria. Stauffenberg logró colocar una poderosa bomba a menos de un par de metros del Führer y se retiró. Sin embargo, uno de los presentes se tropezó con el maletín que portaba el artefacto y lo colocó detrás de las gruesas patas de la mesa donde se apoyaba Hitler. La bomba explotó y mató a cuatro personas e hirió de leve consideración a Hitler.1
Finalmente, Hitler pereció de su propia mano al suicidarse, junto a su esposa Eva Braun, el 30 de abril de 1945 en su búnker en el centro de Berlín.
martes, 18 de agosto de 2009
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